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Una lengua sin ejército (1)

29-05-2020

Esperante

De Unorthodox a Shtisel

La exitosa miniserie de Netflix Unorthodox, basada en el libro del mismo título de Deborah Feldman,(2) ha puesto de actualidad el yiddish. La historia de una joven que abandona la ortodoxia de la comunidad Satmar para huir a Berlín utiliza en gran parte ese idioma que era desconocido por casi todos los actores. La comunidad Satmar toma el nombre de su población de origen. La ciudad (סאטמאר en yiddish), que hoy pertenece a Rumanía con el nombre de Satu Mare, se llamaba Szatmárnémeti y formaba parte del Reino de Hungría cuando en 1905 el rabino Yoel Teitelbaum formó su propia comunidad jasídica al separarse de la línea mayoritaria representada por su hermano mayor Jaím Tsvi Teitelbaum.

Yoel Teitelbaum se posicionó claramente en contra del sionismo. Cuando el ejército alemán ocupó Hungría en marzo de 1944, Teitelbaum aseguró a los suyos que su religiosidad los salvaría.(3) El 26 de abril se creó en Satmar un gueto en el que quedaron encerrados 18.000 judíos, que serían transportados a Auschwitz entre el 19 de mayo y el 1 de junio. Teitelbaum, en cambio, terminaría siendo uno de los 1.685 judíos que salieron en tren de Bergen-Belsen y llegaron a Suiza gracias al controvertido rescate organizado por Rezső Kasztner. El antisionista Teitelbaum emigró al territorio del Mandato Británico de Palestina antes de tomar un barco hacia Nueva York con un pequeño grupo de acólitos en 1947. En la comunidad Satmar del neoyorquino barrio de Williamsburgh, que desde entonces ha crecido hasta tener decenas de miles de miembros, sólo se habla yiddish. En este yiddish que no reconoce las normas YIVO, la comunidad publica dos diarios Der Yid y Der Blatt.

Un ejemplar de <em>Der Yid</em>

Un ejemplar de Der Yid

Si el yiddish tiene un valor identitario en la comunidad Satmar de Unorthodox, su papel en Israel es bien distinto, como muestra otra serie de Netflix. La producción israelí Shtisel (שטיסל) la protagoniza una familia haredí que vive en uno de los barrios ortodoxos de Jerusalén. Entre los Shtisel, los mecanismos lingüísticos son más complejos. La bobe habla en yiddish con sus hijos y su amiga de la residencia; habla en yiddish incluso cuando pierde la cabeza y mantiene una conversación surrealista con un frenk al que toma por su difunto marido, y que le contesta en árabe. Los representantes de la segunda generación, encarnada por Shulem y Nujem, si bien mantienen el yiddish en las conversaciones entre ellos, hablan en hebreo con los hijos. Para los miembros de esta tercera generación, el yiddish ya es una lengua casi perdida que utilizan ocasionalmente para que sus propios hijos no los entiendan. Este proceso es aún más marcado entre la población laica tanto de Israel como de la Diáspora, y está llevando a la desaparición de la mame-loshn.

Una calle del barrio de Mea Shearim

Una calle del barrio de Mea Shearim



Zamenhof y Ben-Yehudá, paralelismos y divergencias

El 7 de enero de 1858 nació en Luzhki, en la actual Bielorrusia, Eliezer Yitsjak Perlman. El 15 de diciembre de 1859 nació en Białystok (entonces Belostok) Lázar Márkovich Zamenhof. Las vidas de los dos hombres seguirían caminos en ocasiones paralelos y en otras ocasiones divergentes. Como judíos asquenazíes, ambos tenían el yiddish como lengua materna. Zamenhof, cuyo padre prefería el culto ruso al vulgar yiddish, se interesó por dar entidad a lo que él llamaba su querida jerga y publicó la primera gramática del yiddish. También fundó en 1883 el grupo de Jibat Tsión en Varsovia, casi una década antes de que el sionismo se llamara sionismo. Sin embargo, Zamenhof pronto adoptó otras ideas para resolver la hebrea demando. Su propuesta del hilelismo (4) «como puente moral que permita unir fraternalmente pueblos y religiones sin la creación de dogmas de nuevo cuño y sin la necesidad de que los pueblos abandonen sus actuales religiones»(5) se publicó en 1901, catorce años después que la obra que dio inicio a la lengua internacional esperanto.

Cubierta del manual de esperanto en yiddish y <em>La Gimnazio</em> traducción al esperanto de Zamehof del monólogo de Sholem Aleijem Cubiertas del manual de esperanto en yiddish y de <em>La Gimnazio</em> traducción al esperanto de Zamehof del monólogo de Sholem Aleijem

Cubiertas del manual de esperanto en yiddish y de La Gimnazio, traducción al esperanto de Zamenhof del monólogo de Sholem Aleijem

Por su parte, Perlman, que adoptó el nombre hebreo de Eliezer Ben-Yehudá, estudió la Torá en un jeder, pero pronto se dejó influir por el secularismo de la Haskalá. Igual que Zamenhof, también terminó por hablar francés, inglés y ruso. Sus estudios en París y una estancia en Argel para aliviar su tuberculosis lo llevaron a conocer algunos usos del hebreo fuera del ámbito religioso, así como la pronunciación sefardí. Decidió entonces «crear» un hebreo moderno que sirviera para todos los ámbitos de la vida y que fuera el pilar de un nuevo hogar para todos los judíos. En 1881, Ben-Yehudá emigró a Palestina y no cejó en su empeño de crear un idioma moderno. En 1882, nació su hijo Itamar Ben-Aví (איתמר בן-אב"י). Tanto Eliezer como su esposa Debora sólo hablaron en hebreo al niño, lo cual lo convirtió en el primer hablante nativo de esa lengua en diecisiete siglos. Es decir, tomando otro concepto clásico del esperanto, Itamar Ben-Aví fue el primer denaskulo de hebreo. En 1884, Ben-Yehudá fundó el periódico הצבי (Ha-Tsvi, La gacela), que sería el banco de pruebas predilecto para su nuevo idioma. Igual que Zamenhof con el esperanto, Ben-Yehudá consideró que la mejor manera de probar las posibilidades del hebreo moderno era traducir obras literarias. En Ha-Tsvi, publicó por entregas traducciones de obras de la literatura inglesa, francesa y alemana,(6) al tiempo que trabajaba en su «diccionario completo del hebreo antiguo y moderno», para el cual recurrió a raíces europeas y semíticas. El uso del hebreo se fue afianzando entre el Yishuv durante la primera y la segunda aliyot y fue reconocido junto con el árabe y el inglés como lengua oficial de Palestina durante el Mandato británico.

Eliezer Ben-Yehudá (1858-1922)

Eliezer Ben-Yehudá (1858-1922)

Si Zamenhof intentó dotar a la humanidad de un idioma común, Ben-Yehudá consiguió crear una lengua moderna que da identidad a un país. Entretanto, el yiddish pervive entre unos pocos soñadores laicos y en algunas comunidades ortodoxas que consideran que el hebreo (loshn-koydesh) no debe rebajarse a un uso trivial.



Notas

(1) El lingüista Max Weinrich, traductor de Freud al yiddish, distinguía una lengua de un dialecto con la frase: אַ שפראַך איז אַ דיאַלעקט מיט אַן אַרמײ און פֿלאָט (Una lengua es un dialecto con un ejército y una flota).
(2) Lumen publicará en julio la traducción al castellano de Laura Manero y Laura Martín.
(3) Menájem Keren-Krats escribió en 2014 un artículo muy crítico sobre la actuación de Teitelbaum ante la aniquilación de los judíos húngaros.
(4) Zamenhof, que publicó en ruso su filosofía del hilelismo, llamada así por el rabino Hilel el Sabio, pronto evolucionó su doctrina a lo que llamó homaranismo, un intento de aglutinar la ética común a distintas religiones.
(5) Carta a Alfred Michaux (21-2-1905)
(6) Como explica Robert St. John en la fantástica biografía Tongue of the Prophets, eso tampoco estuvo exento de críticas. Al publicar traducciones al hebreo de Tartufo y El avaro de Molière, Ben-Yehudá fue acusado por sus críticos de divulgar obras antisemitas.

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© Javier Guerrero, 2009-2020