En el verano de 1907, dos años después de su primer congreso internacional en Boulogne-sur-Mer, el esperantismo vivía una época de gran expansión entre miembros de muy diversas capas sociales y orientaciones políticas. También el movimiento obrero vio pronto la utilidad de la lengua internacional para defender sus intereses. Fue el anarquista francés Paul Berthelot quien fundó la revista Esperanto en 1905. Poco después, en una reunión celebrada durante el segundo congreso universal (Ginebra, 1906) a la que se llamó ruĝula kongreseto (pequeño congreso de rojos), se decidió editar la revista mensual Internacia Socia Revuo.
Postal editada en 1907 por el grupo Paco-Libereco
El primer número de la revista se publicó en enero de 1907 bajo el lema «Revista mensual en esperanto redactada internacionalmente sobre todo aquello que interesa a la vida de la humanidad» y fue órgano del grupo Paco kaj Libereco (Paz y Libertad), germen de lo que se convertiría años más tarde en la Sennacieca Asocio Tutmonda (SAT). La revista llegó a contar con más de 600 suscriptores de casi veinte países y sobrevivió hasta diciembre de 1914, iniciada ya la primera guerra mundial.
Uno de los colaboradores de la revista era el anarquista y antimilitarista belga Émile Chapelier (1870-1933). Chapelier había fundado una colonia libertaria en una granja de Stockel, cerca de Bruselas. Fue en esa colonia donde se celebró en 1906 una reunión en la que se decidió celebrar un gran congreso anarquista en Amsterdam al año siguiente.
Postal de la colonia L'Expérience
El de Amsterdam fue el primer congreso internacional propiamente anarquista, treinta y cinco años después de la expulsión de Bakunin y sus partidarios del V Congreso de la Primera Internacional celebrado en La Haya en 1872.
En las diecisiete sesiones del congreso de Amsterdam se abordaron numerosas cuestiones sobre organización del anarquismo (así como sobre las relaciones entre anarquismo y sindicalismo) y se creó una nueva Internacional Libertaria.
Actas del Congreso Internacional Anarquista de Amsterdam, 1907
Como último punto del congreso se abordó la propuesta de resolución de Chapelier, que había sido firmada también por Malatesta y Rogdáyev.
La propuesta decía lo siguiente:
El Congreso Comunista-Anarquista Internacional de Amsterdam, considerando:
1. que la multiplicidad de las lenguas erige fronteras intelectuales y morales, y por consiguiente constituye un obstáculo a la propagación de las ideas revolucionarias;
2. que en el transcurso mismo de los debates se ha constatado que las dificultades y las inexactitudes fatales de traducción nos han hecho perder al menos tres cuartas partes de nuestro tiempo;
3. que el uso de una lengua común facilitaría el intercambio de comunicaciones de la Internacional Libertaria.
4. que ninguna lengua viva reúne las condiciones necesarias de neutralidad, facilidad y flexibilidad.
5. que, de todas las lenguas artificiales, el esperanto es la única que se ha utilizado seriamente y que parece estar llamada al éxito.
Expresa su deseo de que todos los anarquistas o al menos todos los militantes estudien esperanto y que en un futuro próximo nuestros congresos internacionales puedan celebrarse en la lengua internacional.
Congrès Anarchiste tenu à Amsterdam, Aoŭt 1907, p. 109
Sin embargo, Amédée Dunois, con el apoyo de Henri Fuss, se opuso a esta resolución. «No estamos capacitados, ni los unos ni los otros, para juzgar el valor del esperanto. No somos lingüistas». Dunois propuso que el Congreso se limitara a recomendar a todos los camaradas el estudio y la práctica de al menos una lengua viva. Chapelier intentó exponer un informe en el que había reunido todos los argumentos favorables al esperanto, pero Errico Malatesta afirmó que no podía pedirse al Congreso que votara una moción que no se había discutido con anterioridad y sobre la cual no todos estaban de acuerdo. A continuación, Malatesta sometió a votación la siguiente propuesta:
El Congreso, pese a reconocer la utilidad de un medio internacional de comunicación, se declara incompetente para juzgar la lengua internacional propuesta (el esperanto).
El congreso expresa su deseo de que los camaradas puedan ocuparse estudiando el problema de una lengua internacional.
Congrès Anarchiste tenu à Amsterdam, Aoŭt 1907, p. 110
La propuesta fue aprobada sin dificultad e intervino la presidenta del Congreso Emma Goldman. La activista rusa, que por entonces ya residía en Estados Unidos, enseguida cedió la palabra a Malatesta para que éste hiciera una última alocución en la que declaró que el congreso había «exhortado a los compañeros que hasta ahora luchaban aislados a darse las manos por encima de las fronteras para marchar juntos hacia el porvenir anarquista».
En el congreso, Chapelier no tuvo oportunidad de desarrollar sus argumentos favorables al esperanto. De haber podido hacerlo, se habría basado en su librito Les libertaires et la langue internationale Esperanto, publicado en Amberes en 1904.
Cubierta del libro de Chapelier (Fuente: Biblioteca Nacional de Austria)
La obra de 46 páginas dedica las diez últimas a presentar un resumen de la gramática del esperanto. En las anteriores, Chapelier aborda la necesidad de una lengua común para construir una sociedad nueva.
A las «personas bien nacidas», que viven de la división de los hombres y de los pueblos, y son casi los únicos que pueden viajar de París a Berlín y a Londres, les resulta fácil hacer creer al noventa y nueve por ciento de los franceses que los alemanes y los ingleses son todos como el hombre del saco; les resulta fácil lanzar a unos pueblos contra los otros y hacer que se despedacen como animales salvajes de especies diferentes, cuando las masas no tienen para que las guíen, en el laberinto de su ignorancia, más que los intereses opuestos de los soberanos y de las «personas bien nacidas», y la pasión monstruosa de los bárbaros por el pillaje, la violación y el asesinato en masa.
Les libertaires et la langue internationale Esperanto, p. 8
Sigue un somero estudio de las dificultades gramaticales del francés y del inglés, del cual dice Chapelier que hay que «aprenderlo una vez para los ojos, cinco veces para los oídos y al menos diez veces para la boca y la garganta». En este análisis no falta un toque de ironía: «Por regla general, cuando se escribe bondad hay que pronunciar ¡Chamberlain!». Y añade:
Por mi parte estudié esta jerga de hechicero durante dieciocho meses, después de lo cual, al recuperar la sensatez, he dejado mi gramática y mi diccionario en un lugar acogedor, donde, con una sonrisa, cada día utilizó algunas hojas...
Les libertaires et la langue internationale Esperanto, p. 18
Chapelier concluye, pues, que el nuevo idioma auxiliar deberá:
1. ser artificial,
2. ser fácil de escribir y de hablar,
3. presentar una neutralidad lo más absoluta posible,
4. ser simple, lógico, armonioso y fácil de aprender,
5. ser suficientemente flexible y poseer un vocabulario tan rico que nos permita expresar no solamente nuestras ideas concretas y mercantiles, sino también nuestros pensamientos más sutiles y nuestros sentimientos más refinados.
Les libertaires et la langue internationale Esperanto, p. 19
A partir de estos principios, Chapelier analiza el volapük, su derivado el idiom neutral y el bolak o lengua azul.
Émile Chapelier era hijo de un padre alcohólico. Quedó huérfano de madre a muy temprana edad y trabajó en la mina desde los trece años. A los veinte, un compañero minero le dio a conocer el anarquismo. En 1893 participó muy activamente en la gran huelga general convocada después de que el Parlamento belga rechazara la ley de sufragio universal. Ya en 1894, Chapelier pasó por primera vez por la cárcel por haber organizado un mitin antimilitarista. Su participación en la revista L'Insurge de Georges Thonar prolongaría sus problemas con la justicia belga de Leopoldo II.
En 1905, Chapelier fundó con su compañera Valentine David la comunidad libertaria L'Expérience, basada en la idea del apoyo mutuo de Kropotkin. En la fachada de la casa se leía la frase de Rabelais «Fais ce qui voudràs» (Haz lo que quieras).(1) La colonia intentó ser autárquica y promover el comunismo libertario mediante visitas a la granja, la representación de una obra de teatro (La nouvelle clairière, drama social en cinco actos escrito por el propio Chapelier) y, sobre todo, con la publicación de L'Emancipateur.(2) En este semanario no sólo escribían miembros de la colonia como Eugène Marin o el propio Chapelier, sino también grandes figuras del anarquismo internacional.
Primer número de L'Emancipateur (11-8-1906)
Chapelier y Marin veían en el esperanto un arma revolucionaria fundamental, y por ello las clases de esperanto fueron un elemento fundamental de la colonia (y una imagen de esas clases formó parte de la pequeña colección de postales editada por L'Expérience con fines proselitistas).
Clase de esperanto en la comuna L'Expérience
La colonia se trasladó a Boitsfort en octubre de 1906 y terminó por disolverse en 1908. El siguiente congreso de la Internacional Libertaria, previsto para 1909, nunca llegó a celebrarse.
Años más tarde, en 1920, ya finalizada la Gran Guerra y tras el triunfo de la Revolución rusa, otro anarquista volvió a plantear el uso del esperanto en una internacional obrera. Ángel Pestaña, como representante de la CNT, viajó a Moscú para participar en el II Congreso de la Tercera Internacional. Pestaña planteó sin ningún éxito que se discutiera el uso del esperanto como lengua auxiliar para futuros congresos. Al regreso de Ángel Pestaña a España, la CNT abandonó su vinculación provisional con la Tercera Internacional.
(1) La expresión es la divisa de la abadía de Thélème en la serie de novelas de François Rabelais Gargantúa y Pantagruel.
(2) La revista puede leerse en línea mediante este enlace.