Este librito fue mi primer contacto con el esperanto hace ya décadas. La sexta edición es de 1934 (la primera edición data de 1925) y parece que me costó 180 pesetas.
El precio en pesetas está escrito en la esquina superior derecha
Pese a que no consta en la cubierta ni en la portada, este manual de esperanto «para obreros» es obra de Norberto Bartelmes (Norbert Barthelmess, Dusseldorf, 1897- Bry-sur-Marne, 1987) con la colaboración de R. Lechner. Según se explica en el prólogo, Bartelmes reelaboró por completo la obra en la quinta edición, añadiendo ejercicios al relato que forma el hilo conductor del manual.
Al parecer, el único cambio significativo de la sexta edición era la desaparición del glosario, lo cual probablemente explique el anuncio al pie que puede leerse al final del prólogo «Al la instruantoj!» [a los profesores]:
Helpe de simpla «Ĉefeĉ-Ŝlosilo» eĉ memlernantoj
povas lerni laŭ PETRO !
¿Qué era esa «llave Ĉefeĉ» con cuya ayuda Petro también servía para el aprendizaje autodidacta? Ĉefeĉ era el seudónimo de Herbert F. Höveler (1859-1918), esperantista alemán que emigró a Londres, donde en 1907 fundó el Ĉekbanko Esperantista. En 1905, Ĉefeĉ había editado su primera «llave», la edición inglesa.
Fuente de la imagen: http://www.ipernity.com/doc/bernardo/5052220
Según la Enciklopedio de Esperanto (EdE), las «llaves» pretendían ser un folleto de bajo coste y poco peso que pudiera enviarse por correo. Y explica lo siguiente sobre su utilidad: «Por ejemplo, un esperantista escribe a alguien de un país cuya lengua desconoce. Le escribe en esperanto y le envía una llave». La entrada de la EdE asegura que la aplicación de ese concepto primitivo de las «llaves» reclutó a muchos pioneros del esperanto en distintos países. A partir de 1925, el Internacia Centra Komitato (en un periodo algo convulso para la UEA) se ocupó de la publicación de ŝlosiloj en numerosas lenguas, en algunos casos con más de cien mil ejemplares.
El relato central del manual narra la dura vida de Petro desde su nacimiento hasta su muerte («Petro estis unu el la multnombraj viktimoj de la kapitalista ekspluatado»), pasando por su aprendizaje del esperanto y su militancia obrera. Uno de los capítulos («Alveno en Barcelonon») lleva al idealista Petro a la capital catalana, el mismo escenario en el que Cervantes hizo que Don Quijote se reencontrara con el mundo real, tal y como argumenta Frederic Pujulà i Vallès en el prólogo de su traducción Don Kiĥoto de la Manĉo en Barcelono (5 ĉapitroj).
Y si la vida de ficción de Petro fue azarosa, no lo fue menos la vida real del padre del personaje. Bartelmes nació en Dusseldorf en 1897 en el seno de una familia de artistas. Aprendió a tocar el piano a los seis años y se inició en el esperanto a los catorce. En esa misma época se afilió al Partido Socialdemócrata Alemán. Al estallar la primera guerra mundial rechazó incorporarse a filas y fue destinado en servicio civil al hospital militar de Lieja. Tras sufrir un shock traumático fue enviado a su casa de Dusseldorf. Una vez recuperado, empezó a trabajar en un banco, pero hubo de incorporarse al ejército en 1916. Militó en las juventudes comunistas y en SAT (Sennacieca Asocio Tutmonda). En ese periodo de entreguerras fundó la cooperativa editora de SAT y tradujo al esperanto la primera parte del Fausto de Goethe (1923). Fue esa cooperativa editora la que publicó Petro y la que permitió el desarrollo de la mayor obra lexicográfica del esperanto, el Plena Vortaro, antecesor del actual Plena Ilustrita Vortaro.
Anuncio de la segunda edición del Plena Vortaro de Esperanto en las páginas de Petro
La segunda guerra mundial fue aún más complicada para Bartelmes. La policía francesa lo detuvo al estallar el conflicto. Tras la llegada de las tropas alemanas, en junio de 1940, fue liberado y enviado a Dusseldorf, pero más tarde la Gestapo lo confinó en 1942 en una prisión del norte de Francia y después en un campo de concentración. Finalmente, fue movilizado como conductor de ambulancias en 1944 y capturado por los estadounidenses en 1945.
Entre 1950 y 1982, Bartelmes fue redactor jefe de Sennaciulo, órgano oficial de SAT. Publicó diversos relatos en los cuales aborda la temática del joven proletario y participó en el cancionero Proletaria kantaro (1924). Así pues, no es de extrañar que en las páginas finales de Petro se incluya la letra en esperanto de La Internacional. No se trata, desde luego, del único himno revolucionario con versión en esperanto, como bien demuestra esta versión trilingüe a ritmo de rock de A las barricadas, a cargo de JoMo kaj Liberecanoj.
JoMo kaj Liberacanoj: Al la barikadoj!
Tras el notorio éxito que supuso publicar seis ediciones en menos de una década, Petro fue cayendo en olvido. En 2004, Vinko Markov se cuestionaba sobre la caducidad de un manual del que se habían vendido miles de ejemplares en un artículo a modo de reseña publicado en Sennaciulo y que puede leerse aquí.
Fuentes: La información biográfica de Bartelmes está basada en los datos de la Vikipedio.
Varios enlaces actualizados | Actualizado: 2019-11-11