El 1 de febrero de 1881, los hermanos igualadinos Carlos y Bartolomé Godó fundaron La Vanguardia. La publicación se definió como «Diario político y de avisos y noticias, órgano del partido constitucional de la provincia» y nació con vocación de ayudar al partido a alcanzar la alcaldía de Barcelona. En la primera página del que sería el diario más importante y longevo de la ciudad, la información meteorológica compartía espacio con la propaganda de las «grajeas universales» del doctor Salvat para tratar las enfermedades venéreas.
Cabecera del primer número de La Vanguardia
A partir del 1 de enero de 1888, coincidiendo con el inicio de la Exposición Universal de Barcelona, el diario se definiría por primera vez como «independiente». La Vanguardia pasó por diversas vicisitudes desde entonces. Tras el estallido de la guerra civil, la Generalitat se incautó del diario y lo convirtió en su órgano oficial. A finales de 1937, después del traslado del gobierno republicano a Barcelona el 31 de octubre, el rotativo pasaría a ser órgano oficial de la Segunda República española. La victoria de Franco provocó un giro radical. Se impuso al diario un nuevo director y un cambio de nombre: hasta el 11 de agosto de 1978 el diario barcelonés se publicó bajo la cabecera de La Vanguardia española.
Sin embargo, fue durante la última semana de julio de 1909 cuando el diario no salió a la calle. La huelga general del 26 de julio fue seguida de manera mayoritaria y pacífica en las principales ciudades catalanas. Al día siguiente, las noticias del llamado Desastre del Barranco del Lobo, en el que murieron al menos ciento cincuenta reservistas, avivó una insurrección en las calles de Barcelona que derivó en lo que se conocería como la Semana Trágica.
Barricada en Barcelona durante la Semana Trágica
La Vanguardia reapareció el 1 de agosto de 1909 dando la versión oficial de los «sucesos acaecidos en Barcelona [...] de acuerdo con las instrucciones de la censura militar».
En una reunión celebrada por varios representantes de la mayoría de los periódicos locales, con unanimidad absoluta y levantado espíritu en pro de la pública tranquilidad, de la necesaria paz y de los altos intereses de la ciudad, se convino en aceptar como común una nota informativa de los sucesos acaecidos en Barcelona desde el 26 del actual al 30 del mismo, hecha de acuerdo con las instrucciones de la censura militar.
Sólo un mes después, en septiembre, las notas necrológicas que ocupaban siempre la portada de La Vanguardia convivían con pequeños informes de sucesos (un herido por la coz de un caballo, detención de un desertor por parte de los mozos de la escuadra...) y numerosos anuncios de productos farmacéuticos. Sin embargo, también se podían leer noticias de misas de desagravio por los sucesos de la Semana Trágica, noticias de la campaña en el Rif o de la detención de Ferrer Guardia (página 2 del jueves 2 de septiembre) en Alella.
Foto de Zamenhof en La Vanguardia (4-9-1909)
Y a su lado, el diario se hacía eco primero de los preparativos y luego de los actos del V Congreso Internacional de Esperanto que se celebró en Barcelona entre el 5 y el 11 de septiembre.
La importancia del esperanto en la ciudad se percibe también en los anuncios de cursos o en la representación de Mistero de Doloro, de Adrià Gual, en el teatro Català (Romea). Fuera de los actos del congreso, entre el fuerte movimiento anarcosindicalista de la ciudad, también se hablaba en esperanto y se estudiaba la lengua creada por Zamenhof.
En este documento PDF (un tanto pesado, 17,6 MB) he recopilado las noticias publicadas en La Vanguardia en relación con el V Congreso Internacional de Esperanto (la hemeroteca del diario puede consultarse aquí).
En la redacción de la calle Pelayo incluso se atrevieron con el esperanto.
La esperantistoj povos kunveni ĉiutage vespere en la kafejo Continental
La Vanguardia, jueves, 2 de septiembre de 1909, p. 8.
Actualizado: 2019-11-15